El Mes de Gratitud y el Plan de Aniversario
Gratitud se encuentra en la misma esencia de A.A. — gratitud por nuestra liberación del alcoholismo activo y, como Bill W. dijo en su ensayo sobre el Décimo Paso en Doce Pasos y Doce Tradiciones, (págs. 93-94) “una gratitud genuina por las bendiciones que hemos recibido”. No hay ningún marco de tiempo fijo para la gratitud de un miembro de A.A., ninguna fecha de caducidad, y los A.A. ya hace tiempo que se enfocan en la semana del Día de Acción de Gracias (noviembre en los Estados Unidos y octubre en Canadá) como un período apropiado para enfatizar su gratitud por A.A. y por su recuperación y para convertir esa gratitud en acción. “Para mantenernos sobrios, tenemos que involucrarnos en nuestra propia sobriedad”, dice Steve T., de El Reno, Oklahoma, delegado de área en 1998. “Alcohólicos Anónimos es un programa de acción. No creo que el solo sentarme en una sala de reunión me vaya a convertir en miembro sobrio tanto como el sentarme en un gallinero no me va a convertir en una gallina. Trabajar y vivir los Pasos y las Tradiciones es lo que asegura la sobriedad”. Al mismo tiempo, dice Steve, ha llegado a darse cuenta de que “estar involucrado en mi propia sobriedad no es suficiente”, que “es más importante involucrarme en la sobriedad de otras personas: hacer visitas de Paso Doce, apadrinar, asistir a reuniones —tanto para el bien de otros miembros como para el mío— y hacer el trabajo de servicio. Estas actividades son lo que hacen que la vida cobre nuevo significado en A.A. Además, llevar el mensaje supone contribuir con dinero — algo de lo que no nos gusta hablar, tal vez porque nos resulta difícil conectar la espiritualidad con el dinero”. Durante mis años como miembro de A.A. dice Steve, “he oído miles de conversaciones sobre este asunto, a pesar de que Bill dijera con perfecta claridad que ‘Había un lugar en A.A. donde la espiritualidad y el dinero sí podían mezclarse: en el sombrero’. (Doce Pasos y Doce Tradiciones, pág. 158) Parece que nos enfocamos demasiado a menudo en el dinero mismo y no en los efectos que nuestras contribuciones producen en el servicio”. Gratitud. Parece que nos sirve mejor cuando la mantenemos viva en nuestras vidas personales y en la conciencia de nuestro grupo. Por eso, a lo largo de los años, incontables grupos de A.A. durante los meses de octubre y noviembre han ensanchado aun más la puerta de la gratitud. Es una forma poderosa de asegurar la continuación de una sana sobriedad y la unidad del grupo y de evitar la auto complacencia y el estancamiento. Para celebrar el Mes de Gratitud, muchos grupos efectúan reuniones de las Tradiciones y hacen contribuciones especiales a la Junta de Servicios Generales para los servicios de A.A. a nivel mundial.
Entonces, pregunta Steve, “¿qué se hace con nuestras contribuciones?” y contesta a su propia pregunta: “Se paga por los servicios a los grupos de A.A. y los gastos para preservar los materiales de la historia de A.A. para así evitar que volvamos a vivir los errores del pasado. Se paga por nuestra participación en la sobriedad de quienes están en instituciones correccionales, centros de tratamiento y hospitales. Nos ayudan a llevar el mensaje a nuestros amigos de la medicina, la psiquiatría, la religión y otros — amigos con quienes hemos contado para nuestra supervivencia. Nos hacen posible producir traducciones del Libro Grande y otras publicaciones A.A. para que los alcohólicos en países remotos puedan tener la oportunidad de lograr la sobriedad. Cubren los costos de comunicación para que los Solitarios se puedan comunicar con otros alcohólicos. En resumidas palabras, ofrecen a los alcohólicos que aún sufren la posibilidad de lograr la sobriedad”. Agradecidos por la sobriedad que se le ha dado y deseosos de transmitirlo, algunos grupos celebran reuniones enfocadas en el tema de la gratitud, envían dinero a la entidad de A.A. de su elección o regalan la revista Grapevine a un miembro confinado en casa o en un centro de tratamiento o institución carcelaria. Otros grupos llevan el mensaje preparando kits para principiantes —sobres que llenan con un librillo de reuniones, unos cuantos folletos y tal vez un ejemplar de Viviendo sobrio. Miembros individuales invitan a almorzar a un padrino o ahijado, o si hay necesidad de hacerlo, inician una reunión de Pasos o de Tradiciones. O hacen un esfuerzo especial para dar la bienvenida a los recién llegados o a los viajeros que se presentan en sus reuniones. Y además de celebrar el Mes de Gratitud, muchos miembros se valen del Plan de Aniversario para “dar lo que se me ha dado”, en palabras de un A.A. que escribió una carta con cheque adjunto. El Plan de Aniversario fue concebido durante un descanso para café de la Convención Estatal de Oklahoma en 1954. Ab A., delegado, se sintió “inspirado”, dijo posteriormente, por su compañero Ted R., a quien se le ocurrió “la maravillosa idea” de que a los miembros les podría gustar celebrar su sobriedad “regalándola” a la OSG, a razón de un dólar por cada año de sobriedad, en el día de su aniversario de A.A. De regreso a su grupo de Tucson, Ab consultó con algunos miembros acerca de la idea, la cual pegó y fue tomando cada vez más impulso con resultados espectaculares: Las contribuciones casi se duplicaron durante el primer año. La idea se extendió rápidamente a todas partes de los Estados Unidos y Canadá y en 1956 la Conferencia de Servicios Generales aprobó el Plan del Fondo de Aniversario, por medio del cual los miembros veteranos recordarían a sus compañeros más recién llegados de su responsabilidad para con la OSG.
Hablando en la reunión estatal de A.A. realizada en Great Bend, Kansas, en 1956, Ab dijo: “Abordamos a esos veteranos así: Les preguntamos si les gustaría hacer un trabajo de Paso Doce relacionado con el dinero… Los alcohólicos tenemos dos días de cumpleaños. En el primero, Dios nos dio la vida y un alma, y recibimos regalos. Luego nos topamos con la bebida y nos falló el buen juicio; perdimos el alma y casi perdimos la vida. Entonces, descubrimos la buena filosofía de A.A. por medio de la cual, acabamos recobrando el alma y por ello debemos dar agradecidamente de nosotros mismos”. Hoy día, los miembros siguen expresando gratitud por su sobriedad con una Contribución de Aniversario. Algunos contribuyen con un dólar por cada año de sobriedad, otros contribuyen con un centavo por cada día de su sobriedad — algunos dan más, pero la Junta de Servicios Generales no puede aceptar contribuciones de miembros individuales superiores a $3,000 por año. Muchos A.A. hacen contribuciones de aniversario a sus entidades de servicio locales también. Los sobres de contribución de aniversario están disponibles gratis a petición en la OSG (FR-2 para las contribuciones de grupo; FR-5 para contribuciones individuales) y se pueden hacer contribuciones de aniversario y recurrentes en el sitio web de A.A. de la OSG, aa.org (haz clic en el icono de la cesta). Todas las contribuciones, sea cual sea la cantidad o frecuencia, son bienvenidas. Se espera que un A.A. futuro pueda decir, tal como dijo Ab, “He pasado de fecharme desde el día de mi nacimiento y ahora estoy viviendo gracias a mi primer contacto con A.A.” Bill expresó un parecido sentimiento en una carta escrita en 1959, sugiriendo que: “La gratitud debe ir adelante y no atrás. En otras palabras, si llevas el mensaje a otra gente, estarás haciendo el mejor pago posible por la ayuda que se te ha dado”. (Como lo ve Bill, pág. 29) Algunos comentarios referentes al Automantenimiento y al Plan de Aniversario publicados en A.A. Grapevine: “Lo oímos decir a menudo —lo he dicho yo a menudo— y me doy cuenta de lo trillado que puede parecer, pero tengo que decirlo. ¿Cuánto más de $10 hemos tirado por la borda, cada uno de nosotros, en una sola borrachera? ¿Qué recibimos en agradecimiento por los $10 en aquel entonces?” (A.F.K., Little Rock, Arkansas, septiembre de 1956) “Nosotros los alcohólicos tomamos demasiado literalmente la parte del programa que dice ‘no hay honorarios ni cuotas’… Somos un grupo pequeño y nuestras colectas son necesariamente escasas, pero nos hemos dado cuenta de que si ponemos a un lado un solo dólar de cada colecta, y lo reservamos exclusivamente para el Fondo de Servicios Generales del grupo siempre tendremos nuestra contribución de grupo para enviar a la Oficina de Servicios Generales. Y nunca nos falta el dólar”. (El “viejo resentido” de Deer Creek D., Nevada City, California, octubre de 1956) “Hace ya tres o cuatro años que me parece con cada vez más seguridad que no utilizamos el Plan de Aniversario de A.A. tanto como lo utilizaríamos si más miembros supieran de su existencia. Esto me parece desafortunado, ya que muchos miembros, si no saben nada de este plan, nunca conocerán la satisfacción de utilizarlo. Hay un auténtico placer en ganar el privilegio de contribuir a los trabajos de la Comunidad”. (M.R. Cordell, Oklahoma, abril de 1969) “Trabajando en el comité de Servicios Generales de esta área, tengo cada vez más oportunidad de ver el panorama general. La experiencia me está enseñando lo difícil que es hablar de la responsabilidad global que tenemos del mantenimiento y desarrollo de A.A., y aún más interesarnos sinceramente en el asunto. El nuestro es un programa no sólo de experiencia, fortaleza y esperanza compartidas sino también de responsabilidad compartida. Creo que es vital para el bienestar espiritual de cada uno de nosotros asumir nuestra parte de esa responsabilidad, en proporción con nuestros recursos personales… Que todos los que debemos nuestras vidas a Alcohólicos Anónimos, demos más a medida que nos vamos desarrollando”. (F.F., Bethseda, Maryland, octubre de 1972) “Considera lo que puedes y lo que debes hacer y recuerda que el alcoholismo es un negocio familiar: tus hijos y nietos son accionistas aunque no lo sepan todavía. Lo que inviertes hoy en esta Comunidad sirve para asegurar que la mano de A.A. esté allí cuando un miembro de tu familia la necesite”. (Stanley K., Temple, Texas, mayo de 2000)